Organiza tus compras y planifica tus comidas

Para que nunca falten verduras frescas en tu mesa, lo ideal es planificar las comidas de la semana y hacer una lista de compras específica. Prioriza productos de temporada, que suelen ser más económicos y frescos. Tener un menú previo te ayudará a comprar solo lo necesario y a variar las verduras que consumes.

Prepara y almacena correctamente tus verduras

Al llegar a casa, lava, seca y corta las verduras que usarás pronto. Guarda algunas en envases herméticos ya listas para usar, lo que facilita su incorporación en ensaladas, salteados o snacks saludables. Además, congela las que no vayas a consumir en los próximos días para conservar sus nutrientes y evitar desperdicios.

Incorpora verduras en cada comida del día

Desayuna un smoothie con espinacas, añade jitomate y aguacate al pan integral, y en la comida incluye guarniciones de verduras cocidas o crudas. Busca agregar colores y texturas diferentes; cada color indica la presencia de distintos antioxidantes y nutrientes. Así, aprovechas al máximo la variedad de beneficios que ofrecen.

Dale sabor y creatividad a tus platos

Las verduras pueden ser protagonistas si innovas en la preparación: asadas, a la parrilla, al vapor, en cremas o sopas, rellenas u horneadas con especias naturales. Agrega hierbas aromáticas, aceites saludables y semillas para potenciar tanto el sabor como el aporte nutricional.

Cambia los productos ultra procesados por «snacks» de verduras

En vez de galletas o papas fritas, lleva contigo bastones de zanahoria, pepino, apio o jícama. Ponles un toque de limón, un dip cremoso saludable o espolvorea semillas. Así tendrás opciones crujientes y frescas, bajas en calorías y altas en fibra y vitaminas.

La constancia hace la diferencia

Adoptar el hábito de consumir más verduras toma su tiempo, pero los resultados valen la pena: más energía, mejor digestión y bienestar general. No se trata de perfección, sino de sumar verduras a tus rutinas. ¡Hazlo divertido y adecuado a tu estilo de vida!