Descubre el tesoro escondido de las frutas mexicanas
Cuando pensamos en frutas mexicanas, probablemente vienen a tu mente el mango, la papaya o el aguacate. Sin embargo, en México crece una enorme variedad de frutas poco conocidas que ofrecen increíbles beneficios para tu salud y pueden darle un toque exótico y nutritivo a tu alimentación diaria.
Guayabilla (Psidium friedrichsthalianum): pequeña pero poderosa
La guayabilla es una fruta originaria del sur de México y Centroamérica, con un sabor entre ácido y dulce. Se utiliza tradicionalmente para remedios naturales gracias a su alto contenido en vitamina C, antioxidantes y fibra. Consumirla fortalece tu sistema inmunológico, contribuye a la salud intestinal y ayuda a prevenir infecciones respiratorias.
Chinense, la ciruela rosa de la selva
El chinense es una especie de ciruela tropical que crece en la selva del sureste mexicano. Rica en fitonutrientes, esta fruta ha sido utilizada por comunidades mayas para aliviar problemas digestivos y como fuente natural de energía. Sus compuestos antioxidantes pueden ayudar a proteger tus células del daño oxidativo.
Zapote negro: el postre natural que regula la glucosa
El zapote negro, también conocido como «el fruto del chocolate», tiene una pulpa suave y cremosa con sabor dulce, y es muy apreciado por su versatilidad para postres saludables. Contiene altos niveles de vitamina A, C y potasio, favoreciendo la salud de la piel y la regulación de la presión arterial. Además, algunas investigaciones sugieren que puede ayudar a estabilizar los niveles de glucosa, haciéndolo ideal para quienes buscan opciones dulces pero saludables.
Tzalam: el fruto ancestral que nutre y protege
El tzalam es un fruto pequeño y redondo que proviene de un árbol nativo de la península de Yucatán. Rica en minerales como calcio, hierro y magnesio, esta fruta ha sido parte de la dieta tradicional mayahablante y hoy se redescubre por sus propiedades nutritivas, especialmente para fortalecer huesos y dientes.
Anona: suavidad y dulzura en cada bocado
La anona o chirimoya mexicana es una fruta de pulpa blanquecina y textura cremosa, sumamente dulce y aromática. Es fuente de vitaminas B y C, calcio, y fibra dietética. Su consumo regular puede apoyar la salud cardiovascular, el sistema inmunológico y la digestión.
¿Cómo incorporar estas frutas a tu alimentación?
Te animamos a buscar estas frutas en mercados locales, ferias agroecológicas o tiendas especializadas. Puedes disfrutarlas frescas, en jugos, ensaladas, mermeladas caseras o como base para postres naturales. Incluir variedad en tu dieta no solo la hace más divertida, sino que te permite aprovechar toda la riqueza nutricional de ingredientes autóctonos.
Elige lo natural, elige lo local
Consumir frutas de temporada y de origen local apoya a los pequeños productores, fomenta la biodiversidad y reduce el impacto ambiental de nuestro consumo. ¿Te animas a probar alguna de estas joyas mexicanas?